Para quienes
han pasado el tema a los foros de Internet y redes sociales haciendo causa
común y opinando sobre el Escrito de Don Pedro Ríos, creo sinceramente que
desconocían lo anteriormente expuesto en el Capítulo primero de esta historia,
y con respeto a su opinión, como no puede ser de otra forma, sólo puedo
decirles que una vez conocidos los hechos por favor recapaciten, pues ya
quisiéramos muchos poder volver a verla en su lugar original. ¡Eso lo queremos
todos!. Otra cosa es, que desde el día en que la derribaron, durante estos 10
años las circunstancias hayan cambiado, hasta el punto de ser muy aventurado y
fuera de lugar recabar una posición en Internet, como se ha hecho sin antes
haberse informado bien y documentado suficientemente.
Dadas las
circunstancias, ya he dicho que ponerla en la Plaza de la Cruz me parece buena
opción, o por lo menos la menos mala, puesto que siendo de piedra su estructura
y difícil de mover, no es sencillo ubicarla en el museo, y tampoco es de recibo
dejarla otros tantos años tirada en las dependencias del ayuntamiento sin
solución alguna, pues estoy seguro que no les gustaría a nuestros abuelos que
nos contaron sus leyendas. Por cierto, quiero y debo insistir en aclarar que la idea de ubicarla en ese lugar no es
mía: ¡Ojala lo fuera! Lo diría con orgullo, pero lo único cierto es que surgió
espontáneamente de la opinión popular, y, que yo sepa, ha sido bien valorada
por muchos en Valderas. Valga como
ejemplo la reunión que tuvieron la Sra. Presidenta de la Cofradía de la Vera
Cruz con los hermanos cofrades, en la que a todos los presentes les pareció
bien la idea de rescatarla y colocarla
en la dicha plaza. Sin objeción alguna en contrario. También la opinión de
muchos particulares a los que yo mismo consulté personalmente.
Vamos a la leyendas:
Me consta que el especial cariño sentimental y espiritual que los valderenses tenemos a nuestra Cruz, radica
en sus diferentes leyendas, que al pasar junto a ella por el camino de los
Maragatos, siendo niños nos contaron nuestros padres y abuelos. Veamos algunas:
Primera leyenda:
La del niño
ahogado la relata don Pedro
Ríos Vallinas en su escrito del día 24 del mes de Agosto, en FacebooK, que
titula: LA CRUZ DEL CAMINO DE LOS MARAGATOS. (PATRIMONIO CULTURAL
VALDERENSE),
Véanla en el primer capítulo de esta historia, o bien en
esta referencia:
https://www.facebook.com/riosvallinas/posts/10205066061847090?__tn__=K-RSE).
Segunda
Leyenda:
Escuché
contar a mis mayores, que hace más de un siglo, tal vez siglo y medio o
más, cuando en estas tierras sur-leonesas
no existía la maravillosa maquinaria agrícola con la que hoy se labran los
campos, en los meses estivales de Julio y Agosto cuando se recolectaban las
cosechas de Trigo y de Cebada, principalmente las grandes extensiones de
secanos se segaban con la Hoz, y, como se necesitaba mucha mano de obra venían
a Valderas cuadrillas de Gallegos a ganarse el sustento como jornaleros, que lo
pasaban mal bajo el tórrido sol abrasador de las llanuras.
Muchos de
ellos procedían de la cercana provincia de Orense, donde vivían y trabajaban la
piedra el resto del año por ser tradicionales canteros de profesión, y también afiladores
de "Terra da Chispa". Cuenta la leyenda que aquí murió uno de
ellos, y, lógicamente siguiendo su ancestral costumbre en su Galicia natal,
como homenaje póstumo a su compañero de cuadrilla, los canteros segadores pusieron
una Cruz en su memoria, que realmente pudiera ser un "Cruceiro" en la
confluencia de los caminos.
Tercera
Leyenda:
Cuando se
construyó el puente de piedra, mejor dicho, éste y los que le siguen sobre la
carretera hacia Valencia de Don Juan que salvan los vados del antiguo Rio
Viejo, también trabajaron aquí gran numero de canteros labrando las piedras
para los arcos, columnas y sillerías (sé de buena fuente, que aún hay en Valderas
descendientes de aquellos canteros).
La Cruz
estaba muy próxima a los puentes, y cuentan que
en ese lugar murió un tallador de
la piedra, y siendo él persona importante entre los de su oficio, en su
memoria y recuerdo pusieron la Cruz.
Aunque todas
estas historias que nos contaron nuestros abuelos son interesantes, no dejan de
ser leyendas sobre las que no existe ningún documento escrito, y sus relatos nos
han llegado por transmisión verbal, con una parte de realidad más o menos
fabulada, como ocurre con todas las leyendas.
Quienes
durante años nos hemos dedicado a investigar la historia Valderas, siguiendo el
consejo de antiguos maestros heraldistas que explican en sus textos la
simbología de las labras y escudos pertenecientes a los linajes de la Villa,
ellos nos dicen: "Las piedras hablan". Buscad en ellas las marcas y
grabados, y os contarán su historia como un libro abierto.
Pues bien,
siguiendo esta norma de oro para los investigadores a nivel nacional, he de
decir que cuando hace unos años el Sr. concejal René y quien suscribe
recuperamos la Cruz del lugar donde la tenia custodiada aquel particular que se
dignó recogerla de la cuneta del camino; cuando la subimos a la caja del camión
para llevarla a las dependencias del Ayuntamiento con el fin de custodiarla
allí, primero fuimos hasta el ayuntamiento y paramos a la puerta, y, ante mi
insistencia por ponerla en su lugar original, seguidamente bajamos con la Cruz
en el camión hasta el Camino de los Maragatos para inspeccionar el lugar al que
queríamos devolverla.
Estando el
camión a la puerta del ayuntamiento y con las piezas de piedra de la Cruz sobre
su plataforma de madera, me subí a la caja y la examiné minuciosamente para
comprobar si tenía alguna marca de cantero. Y... miren vds. qué casualidad: ¡La
tiene! y bien marcada. Pronto fotografié
el signo con el teléfono móvil, y en aquel momento me ilusioné, lo reconozco, una
sensación de alegría íntima me invadió porque entre los cientos de marcas de
canteros que he visto en mis investigaciones, ésta me parecía conocida, pero en
ese momento por más que me esforzaba en recordar no acerté a identificarla allí.
Cuando regresé a Madrid, ya con más calma,
amplié las fotos en el ordenador, consulté textos, y... ¡Bingo! ¡La identifiqué!
¡La tenía bien clara! ¡Qué alegría! la investigación dio su fruto.
Hoy puedo
afirmar, que este signo apunta con toda claridad a quien podría estar enterrado
junto a la Cruz. Por cierto, no es un detalle sólo, son dos, los que inducen a
pensar quien podría ser la persona para quien se puso el sagrado signo.
Sobre este
particular, no pretendo ser descortés con mis amables lectores, y
anticipadamente pido perdón porque esta Cruz para mi representa el vivo
recuerdo de nuestros mayores, y me he prometido a mi mismo no descubrir estos
datos hasta que no la vea colocada erguida en el lugar que la corresponde fuera
de un corral, desagraviada y honrada como merece, fuera de un corral del
ayuntamiento, pues dejando a un lado la leyendas populares que suelen fabular
demasiado, creo que en la misma Cruz se halla la clave que desvela el misterio de
a quién perteneció, incluso puede verse grabado en ella el año en que se puso allí.
Para
finalizar diré que, gracias a los medios de comunicación de masas, hoy somos
muchos más los que estamos con buen ánimo para sacarla del anonimato y ponerla
en el lugar más idóneo y honorable de Valderas, para conservarla como un
preciado tesoro de nuestro patrimonio (arriba
o abajo, me da igual, o mejor donde decidan los valderenses, nuestra querida gente
del pueblo soberano), y, desde este foro invito a todos a hacer un frente
común para que la Cruz de nuestros Mayores no siga olvidada en el oscurantismo.
Homenaje...
Donde arranca el camino Maragatos,
junto al puente de piedra en la
ribera,
se levanta una Cruz santa venera
con misterios qué avivan lo relatos.
Los ancianos más sabios y sensatos
nos cuentan que venían a Valderas,
a trabajar los campos y las piedras,
cuadrillas de gallegos en conatos.
Y dicen que del puente los canteros,
en memoria y loor de su maestro,
colocaron allí el Santo Crucero.
Al entrar el camino hacia los campos,
rindiendo un homenaje de respeto,
un anciano le dijo a su nieto:
¡Esta Cruz la pusieron hombres buenos!
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Este poema
se halla en la página 44, del libro titulado "VALDERAS - RIMAS Y
HONORES", (año 2010), dedicado a mi querida Patria Chica.
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En el
próximo y último capítulo de esta historia, sabremos quienes son los culpables
de no haber colocado la Cruz este verano, y por tanto, de haber impedido un
acto de honor, homenaje, bendición y desagravio.
26 de Septiembre de 2018
Valderese:
Cesidio Blanco González
Caballero de la Santa Vera Cruz del Rey Fernando III el Santo.
Caballero de la Santa Vera Cruz del Rey Fernando III el Santo.