El Blog dedicado a Valderas


Este Blog nace como rincón de la historia y la poesía valderense.

Un cordial saludo de
CESIDIO BLANCO GONZÁLEZ
-Escritor, Rapsoda y poeta valderense-

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domingo, 22 de octubre de 2017

Valderas - "El Molino"

El Río Cea  a su paso por el yacimiento arqueológico de "los Villares".

En el término municipal de la ancestral Villa sur leonesa de Valderas, colindante con Tierra de Campos en las provincias de Valladolid y Zamora, bañada por las riberas bajas del río Cea, documentados por arqueólogos e historiadores existen numerosos yacimientos arqueológicos que se hunden en la noche de los tiempos como restos de antiguas culturas: de los primeros homínidos del paleolítico y sus diferentes etapas, del bronce, del hierro, y de asentamientos celtas de la etnia Vaccea coincidente con la invasión Romana en la península Ibérica. Estos restos de civilizaciones, han sido datados por arqueólogos en los siglos anteriores y posteriores al inicio de la era cristiana.
Los yacimientos ubicados en estos parajes, en su mayoría fueron hallados por el profesor arqueólogo, investigador, y rector del Seminario Carmelita de la villa de Valderas, entre los años 1927 y 1940, Don Eugenio Merino Movilla, en pleno apogeo cultural y comarcal de nuestra Villa. Él, ayudado por sus alumnos, tirando de pico y pala, realizó importantes prospecciones y catas en diversos lugares del término agrario valderense, dando como resultado un referente histórico conocido como: "Colección arqueológica Don Eugenio Merino de Tierra de Campos", tratado éste muy apreciado por profesores, arqueólogos, estudiosos y eruditos, sentando cátedra como base de consulta. Sobre la citada colección, realizó su tesis doctoral el eminente arqueólogo y profesor de la Universidad de Valladolid don Germán Delibes de Castro.
 Profundizando en lo referente al lugar del Molino de Valderas, que es uno de los más importantes parajes con abundantes restos arqueológicos que muestran la existencia de una villa romana en el lugar mesetario conocido como "Los Villares" (o las Neblinas, que dicen los agricultores refiriéndose a sus tierras de labor allí ubicadas),  que ocupa una extensión aproximada de diez hectáreas de terreno laborable, asentada sobre unos tesos que conforman un altiplano balcón, como defensa natural entre 15 y 20 metros de altura sobre el río Cea en su   margen izquierda.
Este lugar, "Los Villares", aún está sin excavar ni explorar, y por los restos que se ven en superficie, sin lugar a dudas era un asentamiento romano (tal vez residencial o parada de postas, pero ello no se sabrá hasta que no se abra la excavación). Pudiera ser de postas por hallarse en el camino de una antigua calzada romana que unía Cesar Augusta (hoy Zaragoza) con Astúrica Augusta (hoy Astorga, cabecera de la famosa y oriental peninsular Vía de la Plata). Es notorio que la citada vía, venía desde Becilla de Valderaduey por Launión de Campos hasta Valderas, y continuaba hasta Villamañán e iba hasta Astorga.
El ya citado eminente profesor y arqueólogo don Eugenio Merino Movilla, ayudado por sus alumnos, realizó una excavación en este lugar abriendo una zanja en forma de cruz de unos 45 metros de larga, 1,5 de ancha, y 1 metro de profundidad. Don Eugenio nos dice que, lo primero que afloró fueron restos de una necrópolis, y luego numerosos restos romanos y vacceos. Todo ello lo detalló en un largo escrito, que fue remitido a la Real Academia Española de la Historia, y publicado en su Boletín Oficial el día 21 de Septiembre de 1921, con el título:"Memoria-Histórico arqueológica de los Villares de Valderas (León)".

  Lo expuesto con antelación como necesario preámbulo, es al objeto de dejar constancia de la gran importancia arqueológica de este lugar, que junto con otros del municipio de Valderas, está registrado en el inventario arqueológico de la Junta de Castilla y León, con fecha 27 de febrero del año 2007 (ver foto).


El dicho asentamiento arqueológico de "los Villares" limita al norte con el río Cea, y tiene una vía en rampa descendente como salida y entrada de la ciudad hacia el río Cea, del que se surtía de agua. Al no existir otro acuífero de suministro en el altiplano y lugar de las casas, los habitantes tomaban el agua del canal de río, cuyo cauce discurre próximo a los tesos que, como barrera natural servían de protección a las casas contra las riadas, por ello, es muy importante apuntar que este ramal del río formaba conjunto y parte del entorno de la Villa romana, porque el cauce era el foso defensivo de la ciudad, considerando también que esta orilla del Cea va pegada a la calzada romana, recientemente descubierta hace pocos años al trazar el camino de la concentración parcelaria. Caminando por el lugar, personalmente pude comprobar que una máquina pesada, rasgó el linderón para hacer la cuneta del camino y dejó al descubierto una hilera-base de losas de piedra, que en mi opinión, es el fiel testigo de la calzada romana que discurre entre el río y bajo los tesos, calzada que hace muchos años se está buscando porque no se sabía exactamente por donde iba. 

Esta vía fluvial que aún discurre lamiendo los tesos y sirviendo de foso defensivo a la ciudad romana de Los Villares, desde los primero siglos del primer milenio arrancó desde la presa que hoy conocemos como el azud del Molino, donde el río Cea abandona la mansa llanura de la vega para arrimarse a los tesos que le canalizan, y así, espejando alturas y alamedas pasa también junto al paraje de la fuente del Caño Teja, para seguir caminando mansamente bajo las atalayas del Castillo hasta cruzar el ojo del puente de hierro, donde comienza de nuevo a caminar por un cauce-canal que rasga la llanura de vega hasta el teso de Trasderrey, en cuyos tesos también aflora un yacimiento arqueológico de fábrica de herramientas del Paleolítico. Allí, don Eugenio merino halló más de 100 hachas de la Edad de Piedra.
Hoy, por desgracia, ya es un hecho en Valderas, que la presa-azud del Molino que encauzaba el agua hacia este foso defensivo de la viaja ciudad romana de Los Villares, ha sido destruida en este mes de Octubre de 2017.
Por causa de tan descabellada e incomprensible acción,  han alterado gravemente la historia arqueológica de Valderas: ¡Nuestra Historia Señores! que se ve gravemente dañada por decisiones de personas no nacidas en Valderas, que no han tenido cuenta ni reparo, en dañar la misma estructura defensiva de la Ciudad Romana de "Los Villares", que aún no ha sido excavada ni estudiada como Valderas merece.
Valderenses:¡Paremos esto! Es nuestra historia.

Nota final:
 La situación de este canal bajo la ciudad de los Villares, y puesto que como ejemplo tememos muchos lugares en España en que los romanos construyeron presas y viaductos como fosos defensivos (valga como fiel testigo la ciudad de los Brivecinos, la famosa Brigeco, que albergó los campamentos de invierno del Tribuno Carisio, cuyo nombre figura en la Cosmografía del Mundo Conocido del Claudio Ptolomeo y en el famoso código Ravenate. La dicha ciudad romana se encuentra cerca de "Los Villares", por tanto próxima a Valderas, en el lugar donde el río Cea desemboca en el Esla cerca de Benavente, en Morales de las Cuevas. Es notorio que La Brigeco tiene a los dos ríos como defensas naturales, y la ciudad está situada a cuarenta metros de altura sobre los cerros que abrazan ambos ríos".  Por tanto, para suministrar de agua a sus ciudades, aunque no existe documentación al respecto, es muy posible que esta nuestra presa fuera originalmente construida por los romanos para alimentar el canal, y, que este canal, con el paso de los siglos, ya en tiempos medievales fuese aprovechado para hacer en él un Molino, que hoy da nombre a tan bello paraje natural. Mas, como no existe documentación en tal sentido, debemos ceñirnos a lo que arqueo-lógicamente vemos en el lugar, explicado con antelación.
Espero que todo esto sirva, para que no se destruya nuestro patrimonio, y para que se respete tan bello lugar natural de encuentro y disfrute de los valderenses.
 Para finalizar, desde este Blog de historia de Valderas, vaya todo mi agradecimiento a cuantos valderenses están haciendo lo posible por impedir su detracción. A todos ellos, les dedico este poema, que fue publicado en la pág. 27 de mi libro, titulado: "Valderas -Rimas y Honores" 2010.


                                           El molino

Un murmullo del agua refrescante,
melodía es de plata iluminada,
y la brisa en aromas perfumada
menea la alameda dulcemente.

Y al dormirse la tarde en el poniente,
hay reflejos de rosas coloradas,
colgadas del abismo deslumbradas,
por haces de colores relucientes.

Es tan dulce y hermoso aquel ambiente,
de aquel bello lugar casi divino,
que sosiega el espíritu y la mente.

Hay espumas radiantes sonrientes,
y el efluvio de vida es palpitante,
donde el Cea reluce en su camino.

¡Dulcísimo soñar es el Molino!

Valderense : Cesidio Blanco González 

sábado, 8 de abril de 2017


            El dio 7 del pasado mes de Marzo falleció en León Don Enrique García Centeno, Ilustre y querido Párroco de la iglesia del Mercado de la capital leonesa. Era un hombre de Dios, muy querido por cuantos le rodeaban, también fue Delegado Episcopal en la Junta Mayor de Semana Santa de León, y Consiliario de las cofradías de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, y del Dulce Nombre de Jesús Nazareno.
           Él nació el Valderas donde se le ha rendido sentido homenaje póstumo, y  en esta Semana Santa le echaremos de menos.  En honor a nuestro querido Sacerdote y Párroco, siendo también  mi villa natal, mi Musa ha rimado para Él unos versos con el deseo de que sean una sentida oración en su memoria y recuerdo.


       Desgarrada en dolor desconocido
llorando está a mi musa con desvelo:
¿por qué gimes con tanto desconsuelo?
le dije preocupado y compungido.

         Sintiéndome en su pena sumergido,
ella tornó el silencio en voz de anhelo,
diciéndome con lágrimas de duelo:
¡Don Enrique, esta noche ha fallecido!

        Cien ángeles al cielo le han llevado,
y hay un lucero nuevo ya encendido
brillando en la parroquia del Mercado.

        Cual oblación de amor santo y callado,
pronunció el "Dulce Nombre Nazareno",
resbaló el crucifijo de su mano,
y don Enrique García Centeno,
emprendió su camino hacia el Amado.
   
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Descanse en Paz Don Enrique.

  Valderas, 7  Marzo de 2017
  -Cesidio Blanco González
   

miércoles, 1 de febrero de 2017

Leyenda valderense

       La devoción a San Tirso está extendida por toda España, muy especialmente en la provincia de León. Es Patrono de Villafranca del Bierzo y de muchos otros pueblos leoneses, su  fiesta se celebra el día 28 del mes de Enero.
         En la primera mitad del siglo III, Tirso era un fornido atleta cuyo oficio era la vida del circo. En aquel tiempo gobernaba en Cesárea de Bitinfa un tal Cambricio, acérrimo perseguidor de cristianos, quien había detenido y ordenado degollar a un valiente cristiano llamado Leucio, por ello, Tirso se enfrentó al gobernador exhortándole a que no se derramara más sangre inocente en nombre lo de los dioses falsos a los que adoraba. 
         La amonestación o reproche de Tirso  sorprendió mucho al gobernador, pues sabía que Tirso siempre había sido pagano.

         Con valentía, Tirso dijo a Cambricio que era cristiano, y, si era preciso moriría en defensa de la verdad. El Soberano le mandó detener y le sometió a diversas torturas, entre ellas, con el fin de descuartizarle, ordenó que dos corpulentos esbirros que le serrasen por la mitad. 


        Tirso, con ayuda divina, ante la gran sorpresa de Cambricio salió ileso de todos los tormentos.
          El Santo murió alabando a Dios  en la segunda mitad del siglo III, y su imagen la tenemos en Valderas por partida doble, de ahí arranca la leyenda de “Los Tirsos”. Una de las imágenes está en la antiquísima ermita de Otero que, como sabemos era lugar de culto de un pueblo  (pequeño grupo de casas) próximo a  este enclave. La otra imagen podemos verla en la iglesia de Santa María, en el altar situado a la derecha del altar mayor.
    La vieja leyenda nos cuenta que en la noche del 28 de Enero ambos tirsos salen de sus moradas y se citan en la Altafría, donde, no se sabe porque razón, tienen una gran pelea; tal vez por la territorialidad de Valderas, ya que uno está en Otero y el otro en el corazón de la Villa, o sabrá Dios por que causa. También se dice que la noche en cuestión algunos hombres del pueblo suben a separarles, y, quien es osado de  meterse en medio recibe lo que no está escrito, pues le arrean estacazos y golpes los dos tirsos a la vez, uno por cada lado. Dicen en Valderas que un paisano que intentó separarles, los tirsos le dieron palos al unísono, y él gritaba:¡Por Dios Tirsicos! ¡No me peguéis más! 


               En las primeras horas de la madrugada del día 29 de Enero, tras la intempestiva noche de reyerta, al rayar el día suben las mujeres a la Altafría a comprobar si ha habido sangre en la pelea, y revisan las inmediaciones  de la piedra (altar) que allí hay desde tiempos ancestrales. Los valderenses sabemos que en el mes de mayo en ésta piedra (altar), descansa la imagen de la Virgen del Socorro cuando en Pentecostés sube a la Altafría a bendecir las cosechas. Hay quien afirma que, si la piedra no está manchada de sangre la manchan ellas, las mujeres, la salpican con sangre traída del matadero o de algún conejo, gallina o animal menor que han sacrificado. Cuando esto ocurre, lógicamente los Tirsos ya no están allí, pues como cuenta la historia, el Santo salió ileso de todos los ataques y tormentos.
          Las mujeres que en la madrugada del día 29 suben a la Altafría, por los signos meteorológicos dicen saber quién ha ganado la pelea. Si el día amanece claro el vencedor es el de la ermita de Otero, y, si es gris, la victoria es del de la villa Valderas.
               Si el Santo Tirso pudiera hablarnos, tal vez nos contase qué ocurre de verdad en la madrugada de ésta mágica noche de su fiesta, y de quien es la sangre allí derramada. Entre tanto, sólo nos queda la misteriosa leyenda.