El Blog dedicado a Valderas


Este Blog nace como rincón de la historia y la poesía valderense.

Un cordial saludo de
CESIDIO BLANCO GONZÁLEZ
-Escritor, Rapsoda y poeta valderense-

¡Bienvenido amable visitante!

El Templario


Breve histora de los Monjes Guerreros

Al preludiar la rica simbología del escudo de Valderas, es necesario anotar una breve mención histórica a la Orden del Temple, su nacimiento, su misión, y su desaparición, que sin lugar a dudas nos guiará  hacia una clara conclusión final.
Los  templarios fundaron su orden –nueve caballeros procedentes de la orden de San Bernardo de Claraval (Francia)- en el año 1.118, sobre las mismas ruinas del Templo de Salomón en Jerusalén, de ahí el nombre de templarios, y se extinguieron por la persecución del rey francés Felipe IV (el Hermoso), quien influyo en la publicación de la Bula Pontificia “Vox in Excelso” del Papa Clemente V, y con falsas y graves acusaciones, en el año 1.314 envió a la hoguera al último Gran Maestre Jacques Bernard de Molay, y con él, mediante horrendas torturas ajustició también a cuarenta caballeros mandatarios de la orden monástica, apropiándose de sus bines y posesiones en todo el territorio francés, y algunos reinos limítrofes.
Los monjes guerreros, también llamados "Milites Cristi" o militares de Cristo, en sus comienzos lucharon como cruzados para liberar Tierra Santa, y en pocos años adquirieron mucho poder en Europa; se codeaban con los reyes, incluso hay historiadores que afirman que su poder era superior al de algunos monarcas; una vez liberada Tierra Santa de los ataques islamistas, en España tomaron como nueva misión la protección, ayuda y custodia de los peregrinos hacia los santos lugares; especialmente la zona norte a lo largo y ancho del paralelo 42 que marca el Comino de Santiago o Ruta de las Estrellas, y fueron ellos quienes dieron el nombre de "Camino Jacobeo" a la ruta hacia la tumba del Santo Apóstol Santiago. Este nombre tomado del viejo maestro del Islam, Jars o Jaquín, más conocido como el "Maestro Oca", el de la mano palmípeda, llamado así por tener este miembro aplastado como la pata de una oca.
Al fundar su orden, los templarios necesitaban asociarla como símbolo del saber y espiritualidad a un maestro  similar al islamita Jars (Jaquín), y eligieron al maestro Jacobo (Santiago el Mayor). Uno de los principales símbolos templarios era la Oca, que tomaron como su "Gran Madre", así, los caballeros vestían la capa blanca (como el blanco plumón) y la cruz roja en el hombro, como su sangre.
Estaban organizados con disciplina eclesiástica y militar, y estructurados en dos ramas:  los guerreros y los constructores. Sin lugar a dudas, su buena organización, disciplina y gobierno, fue la causa de que en poco tiempo adquirieran tanto poder como se les atribuye.
Los caballeros constructores, como su nombre indica, en la transitada y peregrina Ruta de Las Estrellas hacia la Tumba del Apóstol, para auxiliar a los caminantes levantaron y restauraron castillos, iglesias, hospitales, encomiendas,  puentes, etc., pues eran grandes maestros reconocidos como verdaderos artistas del cincelado y tallado de la piedra, y fueron ellos, los pitagóricos poseedores del saber, los que con su mágica ingeniería construyeron templos y catedrales, donde dejaron bien claros los signos de los canteros que hoy podemos ver grabados en las piedras.
Es notorio que practicaban misteriosos ritos iniciáticos esotéricos. En sus obras aún podemos ver signos y símbolos de su exotérica identidad; son pétreas esculturas, canecillos, bichas, baphometos, y figuras amorfas que adornan puertas, arquivoltas, rosetones, capiteles, sepulcros, iglesias, castillos, catedrales, labras heráldicas, etc.
A imagen y semejanza de su primera iglesia madre de Jerusalén,  el  famoso templo de la “Cúpula de la Roca”, la mayoría de sus construcciones eran de planta octogonal (no todas). Entre las más importantes en España podemos citar la Vera Cruz de Segovia, la misteriosa  iglesia de Eunate en Navarra (también llamada de las cien puertas, que se halla en un insólito paraje en medio de la nada), y muchas más, que por ser tantas sería largo de enumerar.
Como queda dicho, entre los principales símbolos de su identidad estaban: la oca, el octógono, las espirales laberínticas en forma de caracol (misterio oscuro y profundo del mar), diferentes cruces, estrellas de ocho puntas, y como muy especial la Pentalfa o estrella de cinco puntas, que podemos ver con todo su esplendor en la misteriosa y esotérica iglesia de San Bartolomé de Ucero en pleno corazón del Cañón del Rio Lobos.
En cuanto a las cruces, son las más importantes: la Tau (significaba oro), la Patriarcal (representaba a los grandes maestres de la Orden), la Paté (Céltica druídrica), la Patriarcal de Caravaca,  y la esotérica Cruz de las Ocho Beatitudes, especial distintivo de comendadores o grandes maestres.
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Valderas ha  tenido cinco escudos que podemos calificar de Oficiales por haber  representado a la Villa en diferentes épocas de su historia. Según los diversos mandatarios, sus signos son diferentes; pero en los símbolos identitarios dimanantes de la leyenda que evocan batallas y hechos históricos, son iguales, ya que han permanecido inalterables a través de los siglos. 

Este pétreo pergamino que actualmente consideramos como el auténtico escudo oficial, podemos verlo presidiendo la portada de la Casa Consistorial de la Plaza Mayor.
Muy poco se ha escrito sobre este emblema, y cabe destacar que el Padre carmelita descalzo Albano García Abad, que en su tiempo fue rector del Seminario, en su rica bibliografía sobre la historia de Valderas, sin entrar en la explicación de sus signos, y tal vez influenciado por la construcción de estilo Herreriano del Consistorio Valderenses, apreciando en él un sobrecargado de signos, le calificó de "Barroco dieciochesco", y es notorio que esta misma apreciación ha sido copiada y repetida por otros eruditos valderenses en diversas publicaciones sobre la Villa.
Subjetivamente creo que es el más caracterizado y el más anciano, y como un libro abierto nos trasmite la historia y la leyenda.
 Sobre el significado de los grabados y detalles que a continuación desgranaremos, diversos eruditos y amantes de nuestra historia han hecho múltiples interpretaciones, en su mayoría  encontradas y dispares, sólo coincidentes en muy pocos matices. 
Subjetivamente creo que el hecho de que se halle presidiendo la portada del edificio herreriano que hace tres siglos era el más destacado de Valderas, construido a finales del siglo XVII y principios del XVIII, y que a su vez, aparentemente parezca cargado de símbolos, no ha de ser escusa ni motivo para calificarle de "Barroco Dieciochesco"; pues ni ese escudo ni ningún otro pude datarse sin antes detenerse  a interpretar los signo que visiblemente nos ofrece, y aquí tenemos al menos veinte visibles (exotéricos) y algunos más aparentemente invisible y misteriosos (esotéricos). Por tanto, considero arriesgado o imprudente situarlo en el Barroco Dieciochesco, aunque yo creo que sin otra convincente explicación basada en lo que vemos en él, es lo mismo que no decir nada.
Pero, si esta cantinela repetitiva la inició fue el Padre Albano, a veces he pensado que, o no sabía interpretar los signos templarios, o si vio lo que tenía delante no quiso decirlo. Me refiero al Baphomet amordazado que vemos en la base -la cara monstruosa y desencajada- y que se presta a diversas interpretaciones: unos dicen que era un santo y otros que el demonio, por tanto, el buen sacerdote, es muy posible que no quisiese entrar en tal disyuntiva, y aún menos explicarla a lo valderenses.¿Cómo iba a hablar el rector del seminario de un posble demonio en el escudo?
Fuera cómo fuese, lo cierto es que el Baphomet está ahí,  y que es una pieza importante que nos introduce en las más misteriosas connotaciones tempalrias, así, es  preceptivo explicar su significado. 
Pero en nuestro emblema hay mucho más que este icono, y como hijo de Valderas siempre me intrigaron estos signos, por lo que dediqué buena porción de tiempo a su estudio, y para profundizar en tan ilusionante cometido, intuyendo que podían hallarse allí reflejados, tomé como fuente  los hechos históricos más significativos de nuestra villa; a la vez, ahondé comparativamente en tratados históricos que explican símbolos de antiguas construcciones ubicadas en emblemáticos lugares de España, cuyas marcas de canteros cincelaron caras y variados signos de similares características, en importantes edificios románicos e iglesias de villas medievales a lo largo y ancho del paralelo 42. 
Los más destacados signos legados por nuestros mayores, que gracias a la pericia del maestro cantero, hoy  podemos ver e interpretar en nuestro escudo, son los siguientes:



1.- La cabeza que aparece entre los muñones rayados coronando la parte superior, está en consonancia con los angelotes (3), que se hallan a ambos lados de la cabeza e la mujer (5) que preside el emblema. Esta cabeza señalada con el número (1) está semi escondida, por ello induce apensar que es una deidad oculta en el cielo del escudo, a quien los ángeles le ofrecen unos globos, que continen las almas de los héroes caídos en las batallas y asaltos a Valderas, que más adelante detallaremos.
2.-  A ambos lados de la cabeza señalada con antelación, tenemos (el de la izquierda está muy deteriorado, pero el de la derecha se aprecia perfectamente) dos muñones rayados, que aunque aparentemente parecen de poco valor, más adelante veremos que pertenecen a una imagen que aparece escondida en todo el conjunto del escudo, por ello son de suma importancia.
3.-  Aquí se señala un angelote (el del lado izquierdo ha desaparecido, y era idéntico a éste) que sujeta en su hombro izquierdo una especie de saco o globo, cuyo contenido han de ser las almas de los hérores caídos en las batallas que sufrió Valderas representadas con llamas y estrellas en el centro del escudo, y así las ofrece a la deidad oculta en el cielo (1).
4.- Es la clásica concha o venera templaria que representa el camino de Santigo. Como vemos, cubre la cabeza de una mujer.
5.- La cabeza tocada con la venera, según la leyenda valderense, todos los eruditos coinciden en que es la heroína Dª María de las Hazas, por ello ocupa el lugar de honor en nuestro escudo. En el año 711, cuando don Rodrigo, último Rey de los Godos, por causa de la traición de los Prímcipes Witizanos cayó derrotado en la Batalla de Guadalete o del Lago, previo a este desastre en que los árabes invadieron el territorio español, para que triunfase su traición el rey Witiza mandó a sus súbditos destruir las armas y convertirlas en arados. Dª María de las Hazas simulando cumplir la orden, que realmente no cumplió, solamente destruyó unas pocas inservibles quemándolas en las plaza pública, luego vendió ganado mayor y compró otras tantas nuevas y las escondió en las bodegas y túneles que minan el subsuelo de Valderas. Estas armas fueron entregadas a las huestes del desaparecido don Rodrigo cuando sus soldados huían a refugiarse en las montañas del norte, donde pocos años más tarde comenzaría la Reconquista. Las armas que Dª María de las Hazas ocultó a Rey Witiza sirvieron para defender Valderas y comenzar la Reconquista. Esto nos cuenta una antigua leyenda, por ello, el rostro de la heroína preside nuestro escudo.  


  
  6.- Los leones echados sobre cuatro patas son muy característicos de las construcciones templarias en toda la zona de Castilla, especialmente el viejo reino de León. Idénticos a éstos podemos verlos en el claustro del siglo XII de la catedral de Burgos. También debemos apuntar que este escudo está custodiado por dos grandes gárgolas -leones- en cuyas garras se reflejan los signos identirario de Valderas esculpidos en el escudo: bandera, estrellas y llamas.
7.- Dos caras con gorros frigios o mitras cierran los lureles en la parte superior.
8.- Hemos de apuntar aquí que la corona de laurel tiene las hojas hacia abajo, y es muy probable que sea por los asaltos y total destrucción a sangre y fuego que sufrió Valderas, así, tal vez sea esta la razón de que estén hacia abajo, significarían duelo.
9.- La bandera ondea sobre un cielo estrellado. Un caballero portaestandarte con armadura y yelmo la arranca de las llamas. La bandera salvada de las llamas indica que se ha salvado el honor. La banderas, las estrellas y las llamas evocan las hazañas guerreras de un pueblo numantino, y son la esencia de la identidad valderense.
10.- Aquí tenemos las caracolas (ocho). La caracola aparece en los más antiguos escudos de la Villa, y el significado en el argot templario es la oscura profundidad marina en que vive.  En nuestro escudo, sin lugar a dudas, las ocho caracolas representan el oscuro laberinto de las bodegas que minan todo el subsuelo de Valderas.  Nuestra Villa está en medio de grandes llanuras, por ello no había posibilidad de ocultarse para defenderse de ataques enemigos en tiempos de Reconquista, así, las oscuras y profundas bodegas eran una fortaleza donde ampararse ydefenderse del ataque del moro invasor.


11.- Tres estrellas de ocho puntas (otra vez el octógono espiritual templario), que sin lugar a dudas vienen a representar tres asaltos que la Villa sufrió a sangre y fuego: a) En el año 153 aC, fue destrozada y quemada en razzia de castigo por el sanguinario Lucio Licinio Lúculo, lugarteniente del Cónsul Públio Cornelio Escipión (El Africano), cuando arrasó la Intercatia. El pueblo vacceo se defendió con bravura causando grandes destrozos en las legiones romanas; en venganza el general romano mando incenciar y posteriormente arar el solar condenando el lugar de la vaccea Intercatia (hoy Valderas) a eterna despoblación. b) El segundo desastre fue el ya citado asalto de las huestes moras en persecución de los fungistivos soldados de Don Rodrigo, en el año 711. c) El tercer ataque lo protagonizó Abi Amir Muhammad, Almazor en el año 988; arrasó a sangre y fuego el primer castillo de Valderas que se hallaba en la plaza Mayor, (aún pueden verse los cimientos de la atalaya que soportan la torre), sobre cuyas ruinas se construyó la actual iglesia de Santa María. En la misma razzia destruyó también el castillo de Valencia de don Juan y los monasterios leoneses de Sahagún y Eslonza.
12.- Aquí tenemos una de las claves más importantes que predica el origen templario de nuestra labra: la estrella pentagnal, la Pentalfa también llamada Geburah ó quinto Sefirot de la Cábala Hebraica en las tradiciones judías. En el Tarot es el Quito Arcano Mayor. Esta estrella representa al maestro tallador de la piedra, al pitágorico, al sábio constructor; y fue tomada como principal distintivo de los monjes constructores. La Pentalfa les acompañaba como signo de vida, y al morir la mandaban grabar sobre su tumba. Aquí, en nuestro escudo, con su aunténtico sello la grabó un maestro tallador de la piedra cómo huella inapelable que viene demostrar quién cinceló la obra y nos legó su sello.


14.- Las llamas significan destrucción total, y también la luz del sol. Este símbolo bajo las estrellas y la bandera, queda explicado en el apartado 11, donde se narran los asaltos a sangre y fuego, y cómo más adelante veremos, representa una de las fuerzas vivas de la naturaleza. Aquí cabe destacar que son ocho lenguas, por tanto nos encontramos con otro octógono de espiritualidad.

      15.- Los caballeros del temple tenían varías encomiendas circundando Valderas, todas ellas en fértiles tierras de labor de las que obtenían importantes beneficios para mantener sus ejércitos de Cruzados en Tierra Santa. Las encomiendas que podemos citar son: Mayorga de Campos, Urones de Castroponce  -era una de las más importantes de España-, Castroverde de Campos, Villavicencio de los Caballeros, Villalpando, Benavente y Villademor de la Vega. Varias encomiendas constituían una región llamada "Zona Oca", y como he apuntado, en el centro se encontraba Valderas, gobernada por personajes de la alta nobleza leonesa con rango de Conde o similar. Por ello, en todas la encomiendas ya citadas, para referirse al lugar de Valderas le llamaban "El Condado".
Es notorio que el mando y gobierno de la Villa no lo tenían ellos, pero sí poseían aquí un lugar de más de mil hectáreas de tierra cultivable en las fértiles riberas del río Cea, que llamaban la "Finca de Santiago", como queda dicho: "El Condado". Era un lugar muy especial, de forma que los historiadores nos dicen que allí no entraba la justicia, por tanto, ésta era una de las características de las encomiendas y posesiones templarias; en el lugar tenían casas y un templo de culto que ha estado en pie hasta mediados del siglo XX en que se arruinó, aunque todavía podemos ver restos del asentamiento y del templo y de las edificaciones.


En este número quince, también podemos ver las patas o improntas de una "Oca"; huella pagana por excelencia. La pata palmípeda de una oca es el más importante símbolo de todo ese relato: "El Crismón". Mis amables lectores me permitirán que lo esplique más adelante cuando descubramos juntos la Gran Madre de los Templarios en el corazón de Valderas.

16.- El Gorro Frigio en nuestro escudo no es un simple adorno, porque son varios los que vemos en él. En las antiguas civilizaciones de Grecia y Roma distinguía a los esclavos libertos, por tanto, también aquí simboliza Libertad. 




17 - 18 y 19.-  Las mujeres desnudas y embarzadas, las hojas de agua, y la mano llena.

Las mujeres desnudas y embarazadas simbolizan las fertilidad de la madre tierra regada por el agua que aparece bajo ellas (hojas de agua señaladas con el número 18). La fertilidad se hermana con la abundancia y para resaltarla añadieron una mano llena (número 19).

20.-  El Baphomet.
La cabeza grande que vemos en la base de nuestro escudo, con rostro doliente y desencajado, y con la boca amordazada, sin lugar a dudas es el famoso "Baphomet". Este signo es el primero que identifiqué como templario en nuestro escudo, y me sirvió de hilo conductor para descubrir todo lo explicado con antelación. Esta cabeza monstruosa fue la causante de la destrucción de la Orden del Temple, por ella los acusaron de herejía y de adorar al demonio. Hoy día nadie puede asegurar quien era en realidad, puesto que unos dicen que era un santo (la cabeza del decapitado Juan "El Bautista, que fue uno de sus principales santos de adoración), y otros afirman que era el demonio, pero las últimas investigaciones de eruditos doctores en el tema han demostrado que era todo lo contrario, pues prestigiosos autores le identifican con el rostro de Jesucristo destrozado por el martirio y grabado en La Síndone o Sabana Santa, que ellos tuvieron en su poder y custodiaron durante dos siglos, por tanto, siendo así, a quien ellos adoraban era al rostro de Nuestro Señor Jesucristo.
Este Baphomet posee una característica muy especial: está amordazado con una soga retorcida, y puedo asegurar, que en la simbología templaria he visto unos cuantos Baphomet amordazados con correas, telas y otros (en el castillo de Tomar en Portugal, en la arquivolta de la iglesia de Eunate -la misteriosa de las cien puertas-etc.), pero muy pocos están amordazados con una soga retorcida. La mordaza en la boca indica que está guardando secretos, y, si la soga está retorcida como ésta, viene a decir que para descubrir estos misterios es necesario adentarse en un laberinto de retorcidos túneles.
El secreto en Valderas existió durante siglos, y los túneles también (aún podemos verlos). El secreto es la famosa leyenda de Dª María de las Hazas, quien incumplió la orden del Rey Witiza que mandó destruir las armas y convertirlas en arados; ella destruyó sólo unas pocas inservibles, compró otras tantas y las ocultó en las bodegas, que se corresponden con el "Laberinto de retorcidos túneles". Estas bodegas, también están en consonancia con las caracolas que circundan el escudo, significando las oscuras profundidades marinas, y una verdadera fortaleza ante los ataques al reino de León del árabe invasor (recordemos que en año 988, Almanzor destruyó a sangre y fuego el primer castillo).

LOS MISTERIOS    

         De todos los estudiosos y eruditos es bien conocido el sincretismo y misterio que envuelve todo lo templario, y también la dificultad que encierra descubrir sus misteriosos símbolos y el ocultismo de sus actos y ritos iniciáticos contenidos en su esotérica regla. Buena parte de lo que afirmo queda desmostrado en todo lo que antecede en este relato, pero aquí, en el escudo de Valderas que sin lugar a dudas es el epicentro de una "Zona Oca" de las más importantes de Castilla, hay algo más misterioso y oculto, que en mi opinión, para completar esta historia es importante no dejar atrás; me refiero a los siguiente:
Todo el escudo valderense en su conjunto es y representa la gran dama, su "Gran Madre", a quien ellos cubrían con la "Venera Santiaguista", la Oca. A primera vista es difícil verla (a mi me costó tres años descubrirla), pero está ahí, sólo que en vez de poner en el escudo la cabeza de la Oca, que como digo y afrirmo era su "Gran Madre", aquí, al ser el escudo de una Villa que ya teía  por "Gran Madre" a la heroína Dª María de las Hazas, en vez de poner la Cabeza de la Oca, en su lugar pusieron la de una mujer, en este caso la heroína, y el resto de la oca está todo: pastas, cuerpo, alas, y como ya hemos visto, la cabeza. Dicho esto, lo mejor es que lo veamos con más claridad en esta fotografía.



Las fuerzas vivas

Otro de los grandes enigmas que encierra nuestro escudo son las fuerzas vivas de la naturaleza, que se corresponden con las deidades celtas que adoraban los sacerdotes Druidas; esto enlaza con las más antiguas fuentes del conocimiento que sólo poseían algunos maestros de las órdenes religiosas:

El aire: en él ondea la bandera en el centro del escudo o cuerpo de la Oca.

El cielo: es el lugar de la bandera, del cielo y de las estrellas.

El fuego: lógicamente lo representan las llamas, que también simbolizan el sol.

La madre Tierra: son las mujeres desnudas y embarazadas.

El agua: las hojas flotantes que están baja las mujeres fertilizando a la Madre tierra.

El mar: a sus profundidades y abismos nos guían cual sirenas las ocho caracolas.


Conclusión:

Con lo anteriormente expuesto, queda demostrado que el escudo de Valderas no puede tildarse de Barroco Dieciochesco, como afirman algunos por confundir el cargado en sus formas sin analizar en justa medida la rica simbología que encierra. En la parte central (el cuerpo de la Oca), están todos los símbolos identitarios de la Villa de Valderas, y todos los que le circundan pueden identificarse de claro origen templario, y tengo para mí, que cincelar en la piedra toda esta riqueza de conocimientos sólo ha podido hacerlo un "Gran Maestro", un digno representante de la orden de los "Milites Cristi", de los pitagóricos constructores de catedrales; un caballero Cygnatus ó del Cisne  (Oca), de los militares de Cristo.
Hace años que dedico mi tiempo a estudiar a los Templarios, y basado es esta experiencia, no me cabe la menor duda de que el escudo de Valderas es una pieza única en España, pues no conozco otro que encierre tantos signos esotéricos y que sea tan clara representación de la Oca.
Cómo se aprecia en la fotografía, hoy, en los albores del siglo XXI, este preciado e irrepetible emblema se halla destrozado por la erosión del tiempo y por el descuido y abandono de quienes deben velar por la conservación de nuestro rico patrimonio, -de nada nos sirve que Valderas haya sido declarado "Bien Histórico Cultural", si permitimos que se destroce lo mejor que tenemos.
 Como valderense que amo a mi tierra, y nuestra común historia leonesa y española, ruego encarecidamente a todos los valderenses de bien amantes de nuestras raíces, que hagamos lo posible por conservar el legado de nuestros mayores, y apelo muy especialmente a nuestras autoridades, para que no pasen por alto el cuidado y reparación de una pieza única en España. Ha de hacerse pronto, antes de que no quede nada de él, pues a punto está de deshacerse como humo al viento.
Señores: ¡Hablo del Escudo de Valderas!
Valderenses: ¡Es nuestro honorable anciano! No consintamos que desaparezca y hagamos que nuestros nietos vean : El Templario.
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Por último, mi agradecimiento a todos mis lectores por seguir este relato, que espero y deseo haya sido de su agrado. Es un resumen de lo explicado con bibliografía incluida en el libro titulado:
"Valderas -Una Reina el La Frontera".    Que pueden adquirir en todas las librerías de Valderas.