Camino, largo camino,
de los campos castellanos,
unes a pueblos hermanos
en su histórico destino.
Árido, eterno,
cansino.
En los otoños dorados
cortas los tesos y llanos
con lindes de anís y espino.
Surco empapado en
sudor,
del honrado labrador,
hacia la dura labor
cual eterno peregrino.
Con tus azulados
cielos,
eres recuerdo de amor
de un poeta soñador
con la primavera en flor
de tus paisajes divinos.
Valderense: Cesidio B. Glez.