El Río Cea a su paso por el yacimiento arqueológico de "los Villares".
En el
término municipal de la ancestral Villa sur leonesa de Valderas, colindante con Tierra de Campos en las provincias de Valladolid y Zamora, bañada por las riberas bajas del río Cea, documentados por arqueólogos e historiadores existen numerosos
yacimientos arqueológicos que se hunden en la noche de los tiempos como restos
de antiguas culturas: de los primeros homínidos del paleolítico y sus diferentes
etapas, del bronce, del hierro, y de asentamientos celtas de la etnia Vaccea
coincidente con la invasión Romana en la península Ibérica. Estos restos de civilizaciones, han sido datados por arqueólogos en los siglos anteriores y posteriores al inicio
de la era cristiana.
Los
yacimientos ubicados en estos parajes, en su mayoría fueron hallados por el
profesor arqueólogo, investigador, y rector del Seminario Carmelita de la villa de Valderas, entre los años 1927 y 1940, Don Eugenio Merino Movilla, en pleno apogeo
cultural y comarcal de nuestra Villa. Él, ayudado por sus alumnos, tirando de pico y pala, realizó importantes prospecciones
y catas en diversos lugares del término agrario valderense, dando como
resultado un referente histórico conocido como: "Colección arqueológica Don Eugenio Merino de Tierra de
Campos", tratado éste muy apreciado por profesores, arqueólogos, estudiosos y eruditos, sentando cátedra como
base de consulta. Sobre la citada colección, realizó su tesis doctoral el eminente arqueólogo
y profesor de la Universidad de Valladolid don Germán Delibes de Castro.
Profundizando en lo referente al lugar del
Molino de Valderas, que es uno de los más importantes parajes con abundantes
restos arqueológicos que muestran la existencia de una villa romana en el lugar mesetario conocido como "Los Villares" (o las Neblinas, que dicen los
agricultores refiriéndose a sus tierras de labor allí ubicadas), que ocupa una extensión aproximada de diez
hectáreas de terreno laborable, asentada sobre unos tesos que conforman un
altiplano balcón, como defensa natural entre 15 y 20 metros de altura sobre el río
Cea en su margen izquierda.
Este
lugar, "Los Villares", aún está sin excavar ni explorar, y por los restos que se ven en superficie, sin lugar a dudas era un asentamiento romano
(tal vez residencial o parada de postas, pero ello no se sabrá hasta que no se abra
la excavación). Pudiera ser de postas por hallarse en el camino de una antigua calzada romana que unía
Cesar Augusta (hoy Zaragoza) con Astúrica Augusta (hoy Astorga, cabecera de la famosa y oriental peninsular Vía de la Plata). Es notorio que la citada vía, venía desde
Becilla de Valderaduey por Launión de Campos hasta Valderas, y continuaba hasta Villamañán e iba hasta Astorga.
El ya citado
eminente profesor y arqueólogo don Eugenio Merino Movilla, ayudado por sus
alumnos, realizó una excavación en este lugar abriendo una zanja en forma de
cruz de unos 45 metros de larga, 1,5 de ancha, y 1 metro de profundidad. Don Eugenio nos dice que, lo primero que afloró fueron restos de una necrópolis, y luego numerosos restos
romanos y vacceos. Todo ello lo detalló en un largo escrito, que fue remitido a la Real Academia Española de la Historia, y publicado en su Boletín Oficial el día 21 de
Septiembre de 1921, con el título:"Memoria-Histórico
arqueológica de los Villares de Valderas (León)".
Lo expuesto con antelación como necesario preámbulo, es al objeto de dejar constancia de la gran importancia
arqueológica de este lugar, que junto con otros del municipio de Valderas, está registrado
en el inventario arqueológico de la Junta de Castilla y León, con fecha 27 de
febrero del año 2007 (ver foto).
El dicho asentamiento arqueológico de "los Villares" limita al norte con el
río Cea, y tiene una vía en rampa descendente como salida y entrada de la ciudad hacia el río Cea, del que se surtía
de agua. Al no existir otro acuífero de suministro en el altiplano y lugar de las casas, los
habitantes tomaban el agua del canal de río, cuyo cauce discurre próximo a
los tesos que, como barrera natural servían de protección a las casas contra las
riadas, por ello, es muy importante apuntar que este ramal del río formaba conjunto y parte del
entorno de la Villa romana, porque el cauce era el foso defensivo de la
ciudad, considerando también que esta orilla del Cea va pegada a la calzada
romana, recientemente descubierta hace pocos años al trazar el camino de la
concentración parcelaria. Caminando por el lugar, personalmente pude comprobar que una máquina pesada, rasgó el linderón para hacer la cuneta del camino y dejó al descubierto una hilera-base de losas de piedra, que en mi opinión, es el fiel
testigo de la calzada romana que discurre entre el río y bajo los tesos, calzada que
hace muchos años se está buscando porque no se sabía exactamente por donde iba.
Esta vía
fluvial que aún discurre lamiendo los tesos y sirviendo de foso defensivo a la
ciudad romana de Los Villares, desde los primero siglos del primer milenio arrancó desde la presa que hoy conocemos como el azud del Molino, donde el río Cea
abandona la mansa llanura de la vega para arrimarse a los tesos que le
canalizan, y así, espejando alturas y alamedas pasa también junto al paraje de la fuente del Caño Teja, para seguir caminando mansamente bajo las atalayas del Castillo hasta cruzar el ojo
del puente de hierro, donde comienza de nuevo a caminar por un cauce-canal que rasga la llanura
de vega hasta el teso de Trasderrey, en cuyos tesos también aflora un yacimiento arqueológico de
fábrica de herramientas del Paleolítico. Allí, don Eugenio merino halló más de 100 hachas de la Edad de Piedra.
Hoy, por
desgracia, ya es un hecho en Valderas, que la presa-azud del Molino que encauzaba
el agua hacia este foso defensivo de la viaja ciudad romana de Los Villares, ha sido destruida
en este mes de Octubre de 2017.
Por causa
de tan descabellada e incomprensible acción, han alterado gravemente la historia arqueológica de
Valderas: ¡Nuestra Historia Señores! que se ve gravemente dañada por decisiones de
personas no nacidas en Valderas, que no han tenido cuenta ni reparo, en
dañar la misma estructura defensiva de la Ciudad Romana de "Los
Villares", que aún no ha sido excavada ni estudiada como Valderas merece.
Valderenses:¡Paremos
esto! Es nuestra historia.
Nota final:
La situación de este canal bajo la ciudad de
los Villares, y puesto que como ejemplo tememos muchos lugares en España en que los romanos construyeron presas y viaductos como fosos defensivos (valga como fiel testigo la ciudad de los Brivecinos, la famosa Brigeco, que albergó los
campamentos de invierno del Tribuno Carisio, cuyo nombre figura en la Cosmografía del Mundo Conocido del Claudio Ptolomeo y en el famoso código Ravenate. La dicha ciudad romana se encuentra cerca de
"Los Villares", por tanto próxima a Valderas, en el lugar donde el río Cea desemboca en el Esla cerca de Benavente, en Morales de las Cuevas. Es notorio que La Brigeco tiene a los dos ríos como
defensas naturales, y la ciudad está situada a cuarenta metros de altura sobre los
cerros que abrazan ambos ríos". Por tanto, para
suministrar de agua a sus ciudades, aunque no existe documentación al respecto,
es muy posible que esta nuestra presa fuera originalmente construida por los romanos
para alimentar el canal, y, que este canal, con el paso de los
siglos, ya en tiempos medievales fuese aprovechado para hacer en él un Molino,
que hoy da nombre a tan bello paraje natural. Mas, como no existe documentación en
tal sentido, debemos ceñirnos a lo que arqueo-lógicamente vemos en el lugar,
explicado con antelación.
Espero que
todo esto sirva, para que no se destruya nuestro patrimonio, y para que se respete tan bello
lugar natural de encuentro y disfrute de los valderenses.
Para finalizar, desde este Blog de historia de Valderas, vaya todo mi
agradecimiento a cuantos valderenses están haciendo lo posible por impedir su
detracción. A todos ellos, les dedico este poema, que fue publicado en la pág. 27
de mi libro, titulado: "Valderas -Rimas y Honores" 2010.
El molino
Un murmullo
del agua refrescante,
melodía es de
plata iluminada,
y la brisa en
aromas perfumada
menea la
alameda dulcemente.
Y al dormirse
la tarde en el poniente,
hay reflejos
de rosas coloradas,
colgadas del
abismo deslumbradas,
por haces de
colores relucientes.
Es tan dulce y
hermoso aquel ambiente,
de aquel bello
lugar casi divino,
que sosiega el
espíritu y la mente.
Hay espumas
radiantes sonrientes,
y el efluvio
de vida es palpitante,
donde el Cea
reluce en su camino.
¡Dulcísimo
soñar es el Molino!
Valderense : Cesidio Blanco González